![]() Freya Beauchamp es la diosa de la belleza. |
Belleza Sobrehumana se le considera al don natural que poseen muchos seres sobrenaturales con una apariencia física perfecta, más allá de lo humanamente posible.
Descripción[]
Aunque la belleza es subjetiva y variada dependiendo de aquel a quien se considere “hermoso”, muchos seres sobrenaturales poseen rasgos físicos que los hacen más bellos que el ser humano promedio e incluso más atractivos que otros de su misma especie que podrían considerarse bien parecidos. La belleza de otras criaturas tiene orígenes más sobrenaturales, como es el caso de los vampiros, que están destinados a ser físicamente perfectos sin importar su reencarnación, y también atributos “mágicos”, que los pueden hacer irresistibles a cualquiera, como es el caso de cierto dios nórdico.
Ejemplos[]
Los Sangre Azul, seres fríos, despojados de una eternidad idílica en el paraíso, son conocidos en el mundo medio por su increíble belleza, que a menudo los hace objeto de deseo por los demás y muchos incluso incursionan en carreras vanas y superficiales como el modelaje. La perfección física de los vampiros perdura con el paso de los años, incluso si envejecen, son aún considerados atractivos.
Los dioses nórdicos no están genéticamente predestinados a la perfección como lo están los vampiros, pero muchos de ellos son descritos a menudo como hermosos, tal es el caso de la diosa Skadi, conocida ahora como Joanna Beauchamp, que en su juventud fue considerada la diosa más hermosa de todas, lo cual llamó la atención del dios más poderoso de todos, Odín, y el humilde dios del mar, Nord. Su hija menor, Freya, y su amado, Balder, son los dioses Vanir y Aesir de la belleza, y como tal son conocidos por su hermosura, que es tal vez su rasgo más prominente.
La apariencia de los dioses previamente mencionados es de cierta forma, sutil, pero ese no es el caso del dios del trueno, Thor, cuyo cuerpo fornido, ojos verdes, cabello rojo, y pícara sonrisa, puede seducir y atraer a casi cualquier persona con quien se cruce en frente, sin importar su género, esto se puede ver cuando su sola presencia dejó al mortal Hudson Rafferty anonadado.
Otro caso notable de “belleza sobrehumana” es el de la valquiria, Hillary Liman, que sedujo al dios del sol, Freddie Beauchamp, nublando su juicio e incluso impidiéndole notar la belleza de otras mujeres que serían consideradas incluso más bellas que ella, como lo era su hermana mayor, Gert.